martes, 12 de julio de 2016

DIARIO CONFESOR. MI NUEVO PRIMER AMOR

“No se quien es o fue
si nunca se identificó
en su diario confesor…
Estaba olvidado, perdido,
entre muebles de remate.
Sin datos referenciales, sin nombres los protagonistas, ni fechas, ni fotos.
Solamente letras como hermosos firuletes agarrados de las manos.
Y una niña sin edad
orando su travesía
de plena vida.
Un sueño nuevo siempre
en su margen.
Ahí yo espiando el secreto.
Sin culpas en la lectura.
Agitado…
Miel aunando versos.
Ternura hecha verbo.
Saqué mi vista del cuaderno
ya que no era hombre.
Ahora, había vuelto a ser niño,
y por momentos esa niña.
Deseando que toda su tinta
se muriera en mi piel.
Así como el otoño muere en hoja.
En cada vuelta de página
sentí acariciar su puño.
Como el viento rasante en el pétalo.
Ya un mechón suyo hecho rulo
custodiaba la cronología foliar.
Espiral sin fin, nudo en el cuello.
Pensé que fue intencional, que
lo encontrará escondido.
Capaz, la niña, en su lejanía de tiempo
me mira conmovido... solitaria.
Pedirle perdón por las gotas…
Lagrimón y sudor.
¿A dónde habrá volado aquel papel que arrancó para su primera declaración de amor?
¿Cómo no creer que quedó pegado bajo el asiento de mi pupitre?
Hoy te escribo acá, aquí, para que
me leas mañana o pasado, y así
nos encontremos ayer, allá.
Quiero que vengas conmigo, te vayas contigo.
Quiero saber que aún escribes y cómo…
Te dedicaré mil horas de café
y regalo silencios mirándote.
¡Ya sé quién sos! Sabelo…
Lo dejo escrito en este espacio que dejaste:
<Diario confesor,
he conocido a mi primer amor>”

JPL(c)2016

No hay comentarios.:

Publicar un comentario